Guarda con el balcón

Guarda con el balcón

Al salir de la facu, nos dirigimos el "Negro", el Jere y yo hacia mi departamento. El día estaba hermoso, ideal para tomar unos mates en el balcón y disfrutar de la vista. Llegamos y prendimos la computadora para poner un poco de música, pusimos la pava y abrimos las ventanas. Mientras el Jere verifica la integridad del equipo de mate, yo me aseguro que ninguna paloma halla puesto un huevo en el rincón izquierdo del balcón como es costumbre (ya me tienen los huevos -los mios- por el segundo subsuelo del edificio). Relajado, el Negro decide poner algo de música, por lo que se sienta frente a la pantalla de la computadora. Vale una aclaración, la pantalla de la compu está mirando hacia el balcón, por lo que el que la mira no puede ver directamente hacia afuera.
Entrada la tarde, terminamos con toda el agua de la pava. El Jere y el Negro deciden jugar un poco al "Need For Speed Undergound" y yo -por falta de espacio- me voy al balcón para ver si hay movimiento (vivo sobre una avenida principal de la ciudad). Decido sentarme en el borde, es decir, en la "baranda" (que en este caso es una pared de 20 cm de ancho y 1 metro de alto, mas o menos). Coloco un pie adentro y el otro lo dejo colgando hacia el vacío. Acto seguido, el Negro me mira y se sobresalta -NOOOO, bajate de ahí!!!- dice, -me hacés poner la piel de gallina- agrega mientras se mira el brazo, el Jere concuerda. Mira un rato -yo indiferente- y sigue jugando.
Pasan unos 5 minutos y pongo mi maligno plan en funcionamiento. Miro hacia adentro para ver si están lo suficientemente "enbobados" con el juego, veo que sí. Pasan 3 segundos y salto inmediatamente hacia el lado de adentro del balcón. Cuando aterrizo, golpeo con toda mi fuerza el piso, para que retumbe y de paso para llamar su atención. Ellos, dan vuelta la cabeza temiendo lo peor, cuando miran, yo no estoy. Se acercan temerosos hasta el balcón diciendo -No, que paso?-, ambos cagados hasta las patas. Cuando llegan, me encuentran descostillado de la risa, estoy tirado en el piso, atrás de la paresita que está entre el exterior y el living (donde estaban ellos). Era imposible que, desde adentro, me vieran. Inmediatamente soy golpeado por la pequeña broma. Ya es demasiado tarde, yo no doy más, necesito calmar la risa y respirar, sino, nunca iba a poder contarlo...

Fragmento de mi vida en SL. Reconstrucción un poco impresisa, pero la historia es verídica.