Destino


Después de la forrada que me hicieron el Sábado (que no pude ir a Bartolomé), anoche me saqué las ganas y volví a salir. Como siempre, a Nacho. El único problema (pequeño problema) es que estaba cerrado. Tras dar unas vueltas por el centro y tratar de ponernos de acuerdo dónde ir (casi terminamos en el Amerian), a alguien se le ocurrió ir a Destino y así fue.
La verdad es que me alegro de haber ido, vivo a cuadra y media y nunca había ido (no parece nada raro, pero acá los bares se cuentan con una mano). Yo me imaginaba algo totalmente diferente a lo que vi. De hecho, lo que más me sorprendió es que haya pista dance. Enhorabuena dije. Pero claro, el único marchero del grupo soy yo, así que nos mandamos a la "pista rock" o como se llame. Que también me gusta, pero el problema era que no había espacio (están los pooles), así que nos tuvimos que ir afuera.
En esos momentos, el Destino (jua!) me hizo recordar uno de mis defectos: soy muy malo con las caras (para reconocerlas). Siempre me pasa lo mismo, y ahora lo estoy considerando como defecto ó "problema". El hecho es que siempre me tardo entre 2 y 20 minutos para reconocer a alguien que no he visto mucho (si no les parece mucho esperen 2 minutos antes de saludar a alguien, van a ver lo boludos que se sienten). En este caso, me pasó con la única persona que me suele comentar el fotolog. Al final lo terminé saludando y le expliqué que no lo había reconocido.
Entre charla y cerveza ya me empezó a pegar el frío, la excusa perfecta para ir un rato a hacerme cagar los oídos con el punchi-punchi (como le dicen ahora). Una vez adentro, empezaron a pasar Reggaeton. Yo y mi suerte.
En resumen la pasé bastante bien, me saqué las ganas de salir y de tomar un par de cervezas con mis amigos. Supongo que ahora que volvieron de SL vamos a salir un poco más seguido. Vamos a ver que sucede...

0 comentarios: